Hay muchos factores que ayudan a determinar cuándo es el momento de la vendimia, pero todos los viticultores utilizan una mezcla de ciencia e intuición para tomar su decisión. Conseguir el equilibrio adecuado de azúcar, acidez y taninos durante el proceso de maduración de las uvas dará como resultado un vino con un gran equilibrio.
Desde una perspectiva científica, los niveles de azúcar y pH deben ser óptimos antes de la vendimia. Las levaduras necesitan la cantidad adecuada de glucosa para convertir el zumo en vino. Los grados Brix son una medida del contenido de azúcar de las uvas. Lo ideal es que los niveles de Brix estén entre 24°-26° para las uvas tintas y 22°-23° para las blancas.
También se mide la acidez para saber si las uvas están listas. A medida que la fruta madura y los niveles de azúcar aumentan, el pH sube y la acidez baja. Tenemos que mantener ciertos niveles de acidez para que el vino sea redondo, por lo que nos esforzamos por conseguir un pH de alrededor de 3,2-3,4.
También hay que tener en cuenta los cambios fisiológicos de las viñas. Fernando comprueba el color y la textura de las uvas, los tallos y las semillas. Las uvas que están maduras tendrán frutos brillantes y gordos. Los tallos y las semillas serán de color marrón. Las semillas también deben ser duras pero fáciles de masticar.
Por último, la intuición entra en juego a lo largo de todo este proceso, pero especialmente cuando probamos las uvas. Cuando las uvas están en su punto, tendrán un sabor dulce, serán ligeramente ácidas y los taninos serán notables. También se distinguirán fácilmente las características de cada variedad.
En resumen, determinar el momento ideal para la vendimia requiere ciencia e intuición. Tener en cuenta todo esto y tomar una decisión precisa sobre el momento de la recogida de la uva nos permite sacar a relucir todas las cualidades de nuestro terruño y elaborar un vino de la mejor calidad.